La Casa de Niños de Valdemorillo inicia el curso en el que alcanza sus Bodas de Plata sumando mayor número de alumnos y nuevos proyectos.
Además de dar especial importancia a la psicomotricidad, se mantiene el simpático taller de cocina y se avanza ya en la aplicación de técnicas de masaje como otro factor de innovación.
Los más pequeños han vuelto a ser los primeros en retornar a las aulas.
En concreto, los alumnos de la Casa de Niños de Valdemorillo vivieron los compases iniciales del curso en la mañana del pasado 4 de septiembre.
Nuevo período lectivo que, además, coincide con la celebración, en 2016, del 25 aniversario de la creación de este centro, uno de los pocos que restan de estas característica en la región.
A la felicidad de alcanzar estas bodas de Plata, para cuya conmemoración ya se baraja la organización de actos especiales que recuerden las distintas promociones de peques que han ido pasando por este lugar, se suman otros aspectos no menos relevantes.
Porque para este recién estrenado calendario escolar se cuenta con mayor número de alumnos, el que ha registrado el grupo de los más pequeños, con edades de uno a dos años.
Y no sólo son más los niños y niñas inscritos, sino también la actividades a desarrollar, como la incorporación de masajes entre otras prestaciones que cuentan ya con apartados singulares, como un divertido taller de cocina para el que se dispone de un espacio bien equipado para llenarlo de simpático contenido, y con la psicomotricidad como uno de los apartados a los que se da mayor importancia.